¿Te imaginas aprender a programar con solo pensarlo? ¿controlar un dron con la mente? ¿o enviar un mensaje sin mover un solo músculo? La ciencia ficción en general y el cyberpunk en particular llevan décadas jugando con estas ideas. Lo que hace unos años era material de novelas, hoy tiene fecha de lanzamiento, ensayos clínicos y chips listos para implantarse en humanos.
En la actualidad, Neuralink, Beinao-1 e Inbrain están intentando convertir estas ideas en realidad. ¿Estamos al borde de una nueva revolución humana?
¿Qué es Neuralink y cómo ha evolucionado?
Neuralink fue fundada en 2016 por Elon Musk, con la ambiciosa misión de conectar el cerebro humano con ordenadores mediante un implante neural. En 2017 se hizo pública, y desde entonces ha recorrido un camino intenso: desde experimentos en cerdos y monos hasta recibir autorización en 2023 para comenzar pruebas en humanos. El primer paciente humano recibió el chip en enero de 2024, y Musk afirmó que ya podía mover un cursor con la mente.
Lo que comenzó como una visión casi de ciencia ficción ha avanzado a un ritmo frenético. Neuralink promete restaurar la movilidad en personas con parálisis, tratar trastornos neurológicos, y a largo plazo fusionar la mente humana con la inteligencia artificial. Se dice pronto…
Pero no están solos en esta carrera.
Beinao-1, Inbrain y la nueva generación de ciberimplantes
Mientras Neuralink se llevaba todos los titulares, en silencio otras empresas han dado pasos igual de impresionantes. La startup china Beinao-1 (北脑一号), apoyada por instituciones estatales, logró en 2023 realizar pruebas exitosas de un chip cerebral implantado en un paciente parapléjico. El resultado: el paciente pudo mover su brazo robótico con el pensamiento. Aunque los detalles técnicos son opacos, China, ya sabes… ha dejado claro que ve esta tecnología como estratégica.
Y luego está Inbrain Neuroelectronics, una empresa española que lo está petando en Europa. Usan electrodos de grafeno, un material ultraligero y flexible, para crear implantes cerebrales menos invasivos. Su foco es tratar enfermedades neurológicas como el Parkinson y la epilepsia. En 2024 iniciaron ensayos clínicos con pacientes humanos y han recibido el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento.
Tres empresas. Tres países. Un mismo objetivo: conectarte a sistemas y a la red desde dentro de tu cabeza. Seguramente asombrará al propio William Gibson.
Literatura cyberpunk: implantes, chips y cerebros hackeables
Los escritores cyberpunk no solo imaginaron este futuro: lo diseñaron con precisión quirúrgica. Aquí van algunos ejemplos:
- Philip K. Dick, en Ubik, ya en 1969, se adelanta al concepto de la conciencia digitalizada. Describe personajes que viven en una realidad compartida mediante máquinas cerebrales. No hay chips en la cabeza, pero sí mentes almacenadas y conectadas.
- William Gibson, en Neuromante, nos presenta a Case, un hacker con un implante de interfaz directa para entrar en el ciberespacio. Su mente se conecta a la Matrix (sí, antes que la peli) mediante un «deck».
- Masamune Shirow, en el manga y anime Ghost in the Shell, muestra implantes neuronales de comunicación, conexiones directas a redes y prótesis cibernéticas totales. La protagonista, Motoko Kusanagi, es un cerebro humano en un cuerpo completamente artificial.
No solo soñaron con ciberimplantes, sino que los convirtieron en un símbolo del control y el dilema de la identidad mostrando la fragilidad humana.
El cuerpo como hardware: implantes reales, hoy
Ya no hablamos solo de prototipos en laboratorios. Hay gente con chips en su cuerpo, ahora mismo, en el mundo real. Aquí tienes algunos ejemplos muy recientes:
- Neuralink: El primer hombre al que Elon Musk implantó un chip informa sobre su experiencia: «No tienes control, ni privacidad»
- Beinao-1: China se adelanta a Neuralink de Elon Musk: su chip cerebral ya permite jugar a ‘Black Myth: Wukong’ con la mente
- INBRAIN Neuroelectronics implanta la primera interfaz neuronal de grafeno en un cerebro humano
- INBRAIN Neuroelectronics recibe 4 M€ del programa español PERTE Chip para el desarrollo de interfaces cerebro-ordenador
Ya no es solo ciencia ficción. Tu cuerpo puede ser una llave, una tarjeta de crédito, un sensor o una interfaz casi de cualquier cosa literalmente.
El lado oscuro: suscripciones, vigilancia y futuros rentables
Aquí es donde el cyberpunk empieza a oler a distopía oscura.
Imagina esto: te implantas un chip que mejora tu memoria o que te permite comunicarte con otros directamente, pero después de seis meses, te aparece un aviso en la mente: «Tu suscripción ha expirado».
Pues ojo, porque el modelo de negocio software as a service (SaaS) y el pago por suscripción están empezando a colarse en tecnologías biomédicas. Si esto se traslada a los ciberimplantes podrías acabar alquilando funciones de tu cuerpo o incluso de tu propio cerebro. ¿Y si deciden poner anuncios en tu cabeza?
Ahora imagina si esos chips almacenan datos sobre tus pensamientos, emociones o impulsos. ¿Quién tiene acceso a toda esa información? ¿Y si se caen los servidores o, peor aún, alguien los hackea?
Ni Neuralink, ni Beinao-1, ni Inbrain han aclarado del todo cómo funciona su gestión de los datos mentales o su propiedad. Y eso debería hacernos pensar…
Tenemos megacorporaciones compitiendo por controlar tecnología que se mete en tu cabeza. Gobiernos apoyando proyectos de neurocontrol. Interfaces cerebrales reales. Y un futuro en el que podrías tener que pagar ¿por seguir siendo tú?
Quizás no vivamos en el mundo de Blade Runner todavía, pero siento que vamos muy rápido hacia algo tan beneficioso como peligroso.

