Si tenía que empezar por alguna obra cyberpunk tenía que ser esta. Es muy probable que ya hayas escuchado hablar de Neuromante. Incluso puede que ya lo hayas intentado leer, o lo tengas como asignatura pendiente, o lo hayas leído ya, pero si lo empezaste y lo dejaste por la mitad, créeme, te entiendo. A mí me pasó lo mismo.
A pesar de lo mucho que me fascina el género: las megacorporaciones, la decadencia urbana, las IAs casi divinas, los hackers, la rebeldía entro lo cyber y lo punk. Neuromante me costó. Me costó bastante. La prosa de William Gibson no es precisamente la más accesible. Es densa, vertiginosa y no se toma el tiempo de explicarte nada. Te lanza a un mundo que ya está en marcha y espera que te pongas al día con descripciones complejas y farragosas mientras corres. Pero todo cambió cuando encontré la traducción de David Tejera Expósito. Ahí el texto empezó a respirar, a tener un ritmo, un flujo en el que me sumergí como debía. Lo recomiendo mucho y dejaré un enlace al libro en Amazon aquí en el blog.
Punto de inflexión en la ciencia ficción
Neuromante (título original, Neuromancer) no solo está considerado el libro fundacional del estilo cyberpunk, sino también una pieza clave en la historia de la ciencia ficción contemporánea. Cuando se publicó en 1984, rompió esquemas y sacudió la escena literaria. No solo por su estilo innovador y su visión del futuro digital, sino porque logró lo que muy pocas novelas han conseguido: ganar los tres grandes premios del género. Se llevó el Hugo, el Nebula y el Philip K. Dick. Todo en el mismo año. Algo que muy pocos han conseguido.
Esa triple corona no fue un accidente. Gibson estaba tocando una fibra cultural que apenas comenzaba a manifestarse. Mientras el mundo apenas despertaba al poder de los ordenadores personales, él ya hablaba de un ciberespacio global, la matriz, inteligencias artificiales conscientes y ciudades gobernadas por corporaciones omnipresentes. Era ciencia ficción, sí, pero también era una profecía envuelta en lenguaje poético y jerga técnica muchas veces inventada. Y esta solo sería la primera de una trilogía: la Trilogía del Ensanche (o del Sprawl).
Sumergirse en la matriz sin manual
La novela gira en torno a Case, un hacker que ha sido castigado por traicionar a sus empleadores en el pasado y ya no puede conectarse a la matriz. Vive en los bajos fondos de Chiba City, Japón, hasta que recibe una segunda oportunidad: un encargo misterioso a cambio de recuperar su acceso al ciberespacio. A partir de ahí, lo que parece una misión clásica de espionaje digital se transforma en una odisea filosófica por el alma de las máquinas, la disolución de la identidad y los límites entre lo humano y lo artificial.
Gibson no se detiene a explicarte cómo funciona ese mundo. No hay tutorial. Solo fragmentos, sensaciones, palabras como «simestim», «dermo» o «hielo» lanzadas sin masticar. Pero en lugar de parecer arbitrario, ese caos va teniendo una lógica interna poderosa si le das la oportunidad.
No te voy a mentir, te obliga a vivir el cyberpunk tan desorientado y alerta como sus protagonistas. Hay que entrar con paciencia, y a veces requiere una segunda lectura, pero si te interesa de verdad el género, si alguna vez disfrutaste de Ghost in the Shell, Blade Runner o The Matrix, este libro no es opcional. Es la raíz.
El cyberpunk que todavía nos define
Casi todo lo que hoy consideramos típico del cyberpunk: la estética, los temas, el tipo de personajes, etc… se origina, directa o indirectamente, en Neuromante. El autor no inventó el género de la nada. Ni siquiera fue el primero, ya comentamos que el término sale de otro autor, y ya hablaremos de que hay obras anteriores que ya sentaban algunas bases de lo que escribió Gibson.
Pero hay que reconocer que le dio forma, velocidad y profundidad en sus páginas. Es admirable cómo un escritor con su máquina de escribir de los años 80, anticipó un mundo donde lo virtual y lo real se funden. Creó el germen de una cultura que se niega a morir y que sigue evolucionando en videojuegos, películas, series, moda, arte y, por supuesto, literatura.
Apple TV prepara su ambiciosa adaptación
Y hablando de series, sí señor, Apple TV está desarrollando una serie de 10 episodios basada en la icónica novela. La adaptación está a cargo de Graham Roland como showrunner y J.D. Dillard, quien dirigirá el episodio piloto. El elenco incluye a Callum Turner como Case, Briana Middleton como Molly o Mark Strong como Armitage.
La producción comenzó en enero de 2025 en Tokio, y se espera que se estrene en algún momento de este año. Me atrevería a decir con ilusión y con miedo que es un proyecto muy optimista queriendo estrenarlo el mismo año y muy ambicioso en general. Confiemos en la participación del propio William Gibson como productor ejecutivo.

